domingo, 15 de marzo de 2009

LOS TRAZOS DEL HOMBRE NUEVO

 LOS TRAZOS DEL HOMBRE NUEVO
Pedro Casaldáliga

Los trazos del hombre nuevo serían, a mi modo de ver:

1. La lucidez crítica
Una actitud de crítica “total” frente a los supuestos valores, medios de comunicación, consumo, estructuras, tratados, leyes, códigos, conformismo, rutina… Una actitud de alerta, insobornable. La pasión por la verdad.

2. La gratuidad admirada, deslumbrada
La gratuidad contemplativa, abierta a la trascendencia y acogedora del Espíritu. La gratuidad de la fe, la vivencia de la gracia. Vivir en estado de oración. La capacidad de asombrarse, de descubrirse, de agradecer. Amanecer cada día. La humildad y la ternura de la infancia evangélica. El perdón mayor, sin mezquindad y sin servilismos.

3. La libertad desinteresada
Ser pobres para ser libres frente a los poderes y las seducciones. La libre austeridad de los que siempre peregrinan. La vida morigerada del combate. La libertad total de los que están dispuestos a morir por el Reino.

4. La creatividad en fiesta
La creatividad intuitiva, desembarazada, lúdica, alegre, artística. Vivir en estado de alegría, de poesía y de ecología. Sin repeticiones, sin esquematismos, sin dependencias.

5. La conflictividad asumida como milicia
La pasión por la justicia, en espíritu de lucha por la verdadera paz. La pertinacia incansable. La denuncia profética. La política, como misión y como servicio. Estar siempre definido, ideológica y vivencialmente, al lado de los más pobres. La revolución diaria.


6. La fraternidad igualitaria
O la igualdad fraterna. El ecumenismo de razas, edades, sexos y credos. Conjugar la más generosa comunión con la salvaguarda de la propia identidad étnica, cultural y personal. La socialización sin privilegios.
La real superación, económica y social de las clases que están ahí, en orden al surgimiento de la única clase humana.

7. El testimonio coherente
Ser como la gente es. Hablar lo que se cree. Creer en lo que se predica. Vivir lo que se proclama. Hasta las últimas consecuencias y en las pequeñas cosas de cada día. La disposición habitual al testimonio del martirio.

8. La esperanza utópica
Histórica y escatológica. Desde hoy para mañana. La esperanza creíble de testigos y constructores de la resurrección y del Reino.
Se trata de una utopía, la utopía del Evangelio. El hombre nuevo no vive sólo de pan; vive del pan y de la utopía. Solamente los hombres nuevos pueden hacer el mundo nuevo.

Pienso que estos trazos corresponden a los trazos del Hombre Nuevo de Cristo. Así vivió Él utópicamente; enseñó esto en Belén, en la Montaña y en la Pascua; así nos configura trabajosamente su espíritu derramado en nosotros.